Los estudios muestran que el consumo diario de probióticos puede aliviar respuestas asociadas con el estrés psicológico, fisiológico y físico.
Desde que el mundo es mundo, el hombre ha vivido en una situación de estrés. Considerado un instinto de defensa natural del organismo a lo largo de la evolución de la humanidad, el estrés es, de hecho, una alerta para una actitud ante una situación de peligro y no siempre significa un riesgo para la salud. Al contrario: al comienzo de la civilización, los que eran tranquilos y pacíficos estaban irrevocablemente condenados a muerte, porque, en la batalla por la supervivencia, solo los más fuertes lograban salir victoriosos. Con la evolución de la humanidad, sin embargo, la demanda y la alta competitividad han llevado a las personas a situaciones cotidianas de estrés que, en este caso, pueden provocar enfermedades. Para concienciar sobre el problema, el 23 de septiembre se celebra el Día Mundial del Estrés.
El término estrés, originario de la física, significa ‘cualquier fuerza que, aplicada a un sistema, conduce a su deformación o destrucción’. Y eso es exactamente lo que le sucede al cuerpo. Al ser estimulado negativamente ante la preocupación, la ansiedad, la angustia, la tristeza o el miedo, se produce una reacción inmediata del cerebro para combatir el riesgo, desembocando en una situación estresante. Por lo tanto, el estrés no es una enfermedad, sino un factor de desequilibrio genérico que puede desencadenar enfermedades, ya que debilita el organismo.
Ante una situación de estrés, el organismo reacciona y modifica su metabolismo para afrontar el ‘combate’, sufriendo una serie de cambios. Por lo general, se presentan dolores musculares, de cabeza, de espalda, de hombros y de cuello, además de apretar y rechinar los dientes, taquicardia y respiración acelerada, palidez y mala digestión, diarrea y ganas exageradas de orinar. Estos síntomas pueden generar ausentismo, disminución de la productividad y aumento de los accidentes laborales, entre otros problemas.
Cuando el problema se vuelve persistente, la actividad simpática y los niveles de la hormona del estrés se elevan constantemente y la respuesta hiperactiva del cuerpo puede causar una amplia gama de problemas físicos y psicológicos, como presión arterial alta, diabetes, problemas digestivos, enfermedades cardiovasculares y psiquiátricas, susceptibilidad a infecciones, ansiedad y alteración del sueño, afectando también la calidad de vida. El estrés también influye en el funcionamiento del sistema inmunológico, lo que resulta en una mayor susceptibilidad o gravedad de las enfermedades.
Los ensayos clínicos con humanos han demostrado que ciertos probióticos pueden proporcionar efectos beneficiosos en individuos sanos, previniendo la aparición de síntomas psicológicos, fisiológicos y físicos en individuos bajo estrés. Uno de estos experimentos fue realizado por el Instituto Central Yakult en asociación con la Universidad de Tokushima en Japón. El estudio piloto, doble ciego, controlado con placebo involucró a 47 estudiantes de medicina en la víspera de un examen para el avance académico, lo que genera un fuerte estrés para los involucrados.
Los resultados confirman que el consumo diario de Lactobacillus casei Shirota preservó la diversidad de la microbiota intestinal y ayudó a aliviar las respuestas asociadas al estrés, previniendo la aparición de disfunciones abdominales y manteniendo la calidad de vida de las personas sanas expuestas a breves situaciones estresantes. El estudio ‘Leche fermentada que contiene Lactobacillus casei cepa Shirota previene la aparición de síntomas físicos en estudiantes de medicina bajo estrés de examen académico’ se publicó en 2016 y está disponible en el enlace https://www.wageningenacademic.com/doi/epdf/10.3920/BM2015.0100
Para confirmar si el Lactobacillus casei Shirota también podría mejorar el sueño durante situaciones estresantes fue realizado un estudio doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo con 94 estudiantes saludables, de 4º año de medicina de la Universidad de Tokushima. Los resultados del estudio: “Efectos beneficiosos del Lactobacillus casei cepa Shirota sobre la alteración del sueño inducida por el estrés académico en adultos sanos: un ensayo doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo” sugiere que el consumo de probióticos de Yakult puede ayudar a mantener la calidad del sueño percibida durante un período de estrés creciente. El estudio, publicado en 2017, está disponible en https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28443383/.
En otro experimento, los científicos pudieron probar que el Lactobacillus casei Shirota promovió una reducción significativa en el nivel de ansiedad en personas con síndrome de fatiga crónica, una condición caracterizada por una sensación persistente de fatiga acompañada de trastornos neuropsicológicos, trastornos del sueño, dolores de cabeza y síntomas emocionales.
Los autores creen que el aumento de Lactobacillus casei Shirota en la microbiota intestinal ha influido en otros microorganismos benéficos que residen en el tracto gastrointestinal, interfiriendo con el eje intestino-cerebro-microbiota. El estudio ‘Un estudio piloto aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo de un probiótico en los síntomas emocionales del síndrome de fatiga crónica’ se publicó en 2009 y está disponible en el enlace https://gutpathogens.biomedcentral.com/articles/10.1186/1757-4749-1-6.
El Lactobacillus casei Shirota es un probiótico muy conocido, estudiado durante más de 80 años y considerado seguro por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA). El probiótico presente en las leches fermentadas de Yakult ayuda a equilibrar la microbiota intestinal, que es fundamental para mantener las funciones corporales normales, prevenir infecciones y modular las respuestas inmunitarias e inflamatorias.
FUENTE: PÁGINA WEB : www.yakult.com.br
Fecha: 23/9/2021